Sus obras en algunos casos recuerdan las figuras devenidas de los primeros pobladores de la tierra, aquellas pinturas de las cuevas de Altamira, sus caballos, toros y figuras humanas, van apareciendo poco a poco para ser descubiertas por la mirada del espectador, en un paseo visual, por la forma, por la línea sugerente pero firme, donde el color se presenta en pinceladas expresivas y de gran fuerza plástica.